Cuba, un país ideal para viajar sola
Por Cynthia Valenti
Ojos negros grandes, labios carnosos pintados de rojo brillante, uñas largas rosadas y gastadas, colonia con aroma a rosas, tacos aguja dorados, vestidito blanco que apenas tapa las caderas que se mueven al ritmo del viento del Malecón. Así sería Cuba si fuera una mujer, protectora, hermosa, descontracturada, despeinada, divertida y seductora.
Cuando llegas a La Habana respiras un aire de contradicciones. Del caos a la paz, del calor de su gente al gris de sus paredes, del ritmo desenfrenado de la salsa al silencio del atardecer en la playa, de los autos descapotables antiguos a la globalización, de la Revolución al Siglo XXI.
Para mi la mejor manera de conocer un lugar es a través de su gente, persiguiendo el día a día de sus habitantes. Pero en Cuba es más especial. La gente tiene versiones tan opuestas de su país que es increíble que vivan en la misma cuadra.
La historias de las mujeres son increíbles. Descubrir cómo hacen para llevar adelante una casa, con todo lo que conlleva vivir hace 50 años detenidos en el tiempo por un bloqueo que ya no se sabe si es real o no.
Viajar sola por Cuba
Ir sola por Cuba es muy fácil. El único peligro es que algún cubano te diga que sos el amor de su vida y que tu le creas! Los Cubanos, hombres y mujeres, son muy conquistadorxs y seductorxs, tené cuidado con caer en las redes de sus encantos! Después de eso solo preocupate por llevar un filtro solar, sandalias cómodas y un buen libro!
Cuando viajo sola, es indispensable llevar mis auriculares, amo caminar horas sin parar. Pero cuando ya no quiero que los ruidos de una ciudad me distraigan, una buena música te ayuda a observar lo que pasa a tu alrededor al detalle.
Caminar desde La Habana vieja hasta el Hotel Nacional por el Malecón, no tiene precio! Es un disfrute para todos los sentidos: el calorcito del atardecer sobre tus hombros, el aroma dulce del perfume de las chicas que salieron del colegio y el sonido de un jazz melancólico de un solitario tocando un saxofón. Mientras caminas perdida bajo el infinito cielo rosado, de repente te salpica el agua salada del mar que golpea contra los muros y te trae de nuevo a la realidad.
La Noche Cubana
Llega la noche y un mojito bien frío te espera en algún barcito entre las calles empedradas de la Habana o en alguna disco con salsa a rabiar! Se mezclan los turistas con los locales en una gran fiesta. Es increíble ver a los cubanos bailar!
En una de mis vueltas por Cuba me revelaron que a quienes bailan mal les dicen ´patonas´, refiriéndose a lo que yo estaba haciendo en ese momento. Desde entonces decidí que iba a ser mejor mirar!
Me siento con mi mojito a ver espectáculos dignos de pagar una entrada, parejas bailando como si hubieran ensayado la vida entera, para esta noche su gran debut! Lo increíble es que recién se conocen!
Pero después de varios mojitos no me resisto y la música me contagia. Y nada puede ir mal si tengo mis maestras cubanas para enseñarme a bailar!
La Habana es ideal para mujeres que viajan solas, es una fiesta para el alma y los recuerdos, donde se mezcla cultura, tradiciones, diversión y aventura en un solo lugar.